1. Como ya hemos empezado a analizarlo con la pregunta anterior de comprensión, el turismo no es siempre benéfico para España a pesar de que como lo subraya el primer documento es un elemento muy importante en la economía del país: representa «24.000 millones de euros» y «12 % del PIB», lo cual lo sitúa como «el segundo lugar del mundo por número de turistas». Pero como lo vemos en los tres documentos del dosier, la masificación del turismo acarea también muchos inconvenientes tanto del punto de vista medioambiental (documento 1) como del punto de vista del tejido socio-cultural (documentos 2 y 3) o económico (documento 2). En efecto, si empezamos por el medio ambiente, la densidad de las personas en ciertos lugares frágiles como lo son las zonas de costa puede causar verdaderos problemas de contaminación de las aguas y de las zonas terrestres. Muchos pueblos del litoral mediterráneo español ven en verano su población triplicarse y las infraestructuras no siempre están previstas por tanta gente. Con el ejemplo del documento 2, se añade una dimensión social y económica porque descubrimos que barrios tan populares como la Barceloneta en Barcelona están siendo invadidos por los turistas y la especulación sobre los precios de los pisos se hace tan fuerte que los habitantes ya no pueden ni comprar, ni alquilar pisos en esas zonas. A consecuencia de todo esto, las zonas terminan por perder todo su atractivo y su autenticidad como aparece con humor en la viñeta de la revista El Jueves. Para concluir, diré que pienso como el periodista de la revista Cambio 16 que el turismo de masa no es un turismo sostenible para España, pero que España es un país que merece ser conocido y visitado y que la solución como para todos los países es desarrollar otras formas de turismo, un turismo más responsable.

2. «Hay que diversificar nuestro turismo y apostar por la calidad». Esta cita sacada del documento 1 y que le sirve de conclusión nos da una pista para resolver los problemas expuestos en el artículo sobre las consecuencias negativas de la masificación del turismo en España. En efecto, los tres documentos del dosier, nos hacen reflexionar sobre los resultados nefastos para el país de un turismo exclusivamente de sol y playa y masivo. Las zonas costeras son medios ambientes muy frágiles y la sobrepoblación de las costas en período estival las fragilizan aún más. Asimismo, vemos que la calidad de vida de los habitantes de las zonas turísticas está muy afectada por ese tipo de turismo que por ser masivo es difícil de controlar. Barcelona, por ejemplo, «recibe al año cerca de ocho millones de turistas» (documento 1) y es una ciudad de aproximadamente 1 600 000 habitantes. Podemos imaginar que como se lee en el documento 3, la convivencia no siempre es fácil y que la fuerte densidad de turistas puede hacer perder a las zonas demasiado concurridas su autenticidad y su encanto como lo hace resaltar con humor el documento 2. Así pues, el artículo de la revista Cambio 16 expone algunas soluciones para seguir atrayendo a turistas, pero de manera más sostenible con un turismo de calidad y no sólo de sol y playa. Para el autor, un turismo de calidad sería un turismo más cultural o rural, es decir que propone desarrollar otras ofertas sobre zonas menos visitadas, pero también interesantes a nivel de patrimonio o de paisajes. Para concluir, diré que a mí también me parece interesante desarrollar el turismo en otras zonas que en la costa española y ya existe este turismo cultural o rural. Pero otro problema es luchar contra el clima en verano en España. Las fuertes temperaturas reducen el atractivo de las zonas del centro de la península. En efecto, no se puede negar que para cualquier persona es más agradable bañarse que visitar una ciudad del centro cuando las temperaturas alcanzan los 40 grados.